Dos enfoques para invertir: Gestión Activa y Pasiva
Es el momento de explicar algunos conceptos de ahorro e inversión de manera que todo el mundo los pueda entender.
La semana pasada estuvimos comentando cómo están formados los mercados financieros y los dividimos principalmente en dos bloques; el mercado de renta variable que es donde se intercambian las acciones y el mercado de renta fija donde se intercambia la deuda, las emisiones de bonos. Por un lado, las acciones suponen una participación en el capital social de la empresa, es decir, ser dueños y por tanto tener derecho a participar de los beneficios, principalmente mediante el reparto de dividendos, o siendo acreedores de la empresa. En concepto, yo te dejo un dinero para que tu desarrolles tu proyecto empresarial a cambio de un interés que es fijo a vencimiento, de ahí el nombre de renta fija, pero que en la medida en que yo te puedo vender la deuda de otro, tiene un precio y por lo tanto cotiza y puede variar.
También comentamos que el nivel de riesgo que tienen estos dos mercados está relacionado, simplificándolo muchísimo, en la capacidad de recuperar mi dinero como inversor. Comentamos también qué son los índices, los cuales son agrupaciones de empresas que cotizan en los mercados que cumplen una serie determinada de características; el IBEX 35, las 35 empresas más grandes de España, etc. Y aquí podríamos entrar en otro tema que al final es interesante y es el porqué hay empresas grandes que no cotizan, como por ejemplo Mercadona, hay mercados como el MAB que son para empresas más pequeñas, pero el caos de Mercadona es porque no lo necesita. Se financia con sus proveedores, básicamente.
En el día de hoy quiero comentar los dos enfoques principales para gestionar carteras: la gestión activa y la gestión pasiva. Ambos métodos tienen sus defensores y detractores, y cada uno ofrece ventajas y desventajas que los inversores deben considerar al decidir cómo administrar su dinero. Vamos a ver qué es la gestión activa y la gestión pasiva, sus características principales, las diferencias entre ambas, y las desventajas de cada una.
¿Qué es la Gestión Activa?
La gestión activa es un enfoque de inversión en el que un gestor o un equipo de gestores toma decisiones sobre la compra y venta de activos con el objetivo de superar un índice de referencia o benchmark. En lugar de simplemente seguir el mercado, los gestores activos intentan identificar oportunidades de inversión que, según su análisis, podrían generar rendimientos superiores al promedio del mercado.
Características de la Gestión Activa:
Selección de Valores: Los gestores activos realizan un análisis exhaustivo de empresas, sectores y economías para identificar activos infravalorados o con un gran potencial de crecimiento.
Flexibilidad: Los gestores tienen la libertad de cambiar la composición de la cartera en función de sus perspectivas del mercado o de nuevas oportunidades que identifiquen.
Costes: La gestión activa generalmente implica mayores costes en comparación con la gestión pasiva, debido a las comisiones por gestión y los costes de transacción más elevados.
¿Qué es la Gestión Pasiva?
La gestión pasiva, por otro lado, busca replicar el rendimiento de un índice de referencia, como el S&P 500 o el IBEX 35, sin intentar superarlo. En lugar de seleccionar activamente los activos en los que se invierte, un fondo pasivo sigue la composición del índice de referencia, invirtiendo en los mismos activos y en las mismas proporciones.
Características de la Gestión Pasiva:
Bajo Coste: Los fondos gestionados de manera pasiva suelen tener comisiones significativamente más bajas que los fondos gestionados activamente, debido a la simplicidad de replicar un índice.
Menor Rotación de Activos: Dado que el objetivo es replicar un índice, la rotación de activos es baja, lo que también contribuye a reducir los costes de transacción.
Rendimiento en Línea con el Mercado: Los fondos pasivos buscan igualar el rendimiento del mercado, no superarlo. Esto los hace menos propensos a sufrir de rendimientos significativamente inferiores a los del índice, pero también limita su potencial de rendimiento superior.
Desventajas de la Gestión Activa
Altos Costes: Las comisiones y gastos asociados a la gestión activa pueden erosionar significativamente los rendimientos netos para los inversores. Esto es particularmente relevante en períodos de bajo rendimiento del mercado, donde estos costes pueden convertir un pequeño rendimiento positivo en un rendimiento negativo.
Riesgo de Subrendimiento: Aunque la gestión activa promete superar al mercado, en la práctica, muchos fondos gestionados activamente no logran hacerlo consistentemente. Los errores en la selección de activos o en el timing del mercado pueden llevar a rendimientos inferiores al índice de referencia.
Dependencia del Gestor: El éxito de un fondo gestionado activamente depende en gran medida de las habilidades del gestor o del equipo de gestión. Si el gestor no toma decisiones acertadas, el fondo puede tener un rendimiento pobre, afectando directamente a los inversores.
Desventajas de la Gestión Pasiva
Rendimiento Limitado: Dado que los fondos pasivos están diseñados para replicar un índice, los inversores no pueden esperar rendimientos superiores al mercado. En mercados alcistas, esto puede significar perder la oportunidad de obtener rendimientos extraordinarios.
Falta de Flexibilidad: Los fondos pasivos no pueden adaptarse a cambios en las condiciones del mercado o aprovechar oportunidades emergentes, lo que puede ser una desventaja en tiempos de volatilidad o crisis.
Exposición Completa al Mercado: Los fondos pasivos replican completamente un índice, lo que significa que los inversores están expuestos a todos los componentes del índice, incluidos aquellos que pueden estar sobrevalorados o en declive.
Diferencias clave entre Gestión Activa y Gestión Pasiva
Objetivo:
La gestión activa busca superar el rendimiento del mercado a través de la selección activa de activos.
La gestión pasiva tiene como objetivo replicar el rendimiento de un índice de mercado, sin intentar superarlo.
Costes:
La gestión activa implica mayores costes debido a la necesidad de análisis constante, comisiones más altas y mayor rotación de activos.
La gestión pasiva, al seguir un índice, tiene costes operativos y de gestión mucho más bajos.
Enfoque:
La gestión activa se basa en la capacidad del gestor para identificar oportunidades y evitar riesgos, lo que requiere un enfoque dinámico y flexible.
La gestión pasiva sigue un enfoque estático, donde se limita a replicar la composición de un índice específico.
Riesgo y Volatilidad:
La gestión activa, al intentar superar al mercado, puede implicar un mayor riesgo y volatilidad debido a las apuestas individuales en activos específicos.
La gestión pasiva tiende a tener un riesgo y volatilidad alineados con el índice de referencia, lo que generalmente resulta en una mayor estabilidad relativa.
Conclusión
La elección entre gestión activa y gestión pasiva depende de los objetivos del inversor, su tolerancia al riesgo, y su horizonte temporal. No es una cuestión de todo o nada, es absurdo, estos estilos de inversión son herramientas que tenemos como ahorradores de poder gestionar nuestro dinero. Y lo interesante para nosotros como inversores es aprovechar todas las herramientas que podamos para hacerlo lo mejor posible, de la misma manera que es absurdo pensar en solo gestión pasiva porque eso es como negar que hay ciclos en los mercados, y esto ya lo vimos con la cartera de Harry Browne, hay momentos en los que hay activos que lo hacen mejor que otros y como decimos siempre sin querer dárnosla de ver el futuro pero sí siendo capaces de interpretar los datos podemos ir moviéndonos en el mercado. Pero tampoco todo a gestión activa, porque la gestión pasiva nos puede dar exposición a determinados mercados, muy diversificado y con costes bajos.
Para muchos inversores, una combinación de ambos enfoques puede ser la estrategia más adecuada, aprovechando las ventajas de la diversificación y el control de costes, mientras se intenta capturar alguna parte del potencial de rendimiento superior que la gestión activa puede ofrecer. La clave también está en saber seleccionar los fondos de inversión que formen nuestra cartera y eso ya lo veremos más adelante.
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Gracias por leer Remembrance Capital.
Samuel Izquierdo Pina
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